¿Evolución genética? Conoce los primeros humanos que por mutación del ADN pueden sumergirse 13 minutos a 70 metros

Seguramente, muchos de los que están leyendo este artículo siempre han querido aprender a nadar o mejorar sus capacidades de bajo del agua. 

Y es que el fondo marino es un escondite que por su dificultad resulta un paraíso para muchos.  

De media, los seres humanos pueden sumergirse sin ayuda menos de un minuto, y los nadadores que practican apnea consigue mejorar esas marcas con mucho entrenamiento que en muchas ocasiones les lleva años poner en práctica. 

Sin embargo, hay una tribu que consigue descender hasta 70 metros de profundidad y permanecer hasta 13 minutos bajo el agua. 

Se trata de los Bajau, también conocidos como los ‘nómadas del mar’. Durante cientos de años residieron en plataformas flotantes de Indonesia o Malasia y se alimentaban del pescado que conseguían sumergiéndose a pulmón y eso los llevó a convertirse en unos peces humanos. 

Una experta

Para la especialista del Centro de Geogenética de la Universidad de Copenhague, Melissa Llardo, estas personas pueden durar tanto en el agua porque cuentan con una mutación de ADN que les proporcionaba unos bazos más grandes. 

Tras la toma de varias muestras, Llardo comprobó que el tamaño medio del bazo de un bajau era un 50% más grande que los de sus vecinos en Saluan e incluso que el de una persona citadina o ajena a su entorno. 

Cuando alguien se sumerge y va ganando profundidad el aumento de presión hace que los vasos sanguinos de los pulmones se llenen con más sangre.  

El estudio 

Dicen los datos, que esta práctica puede llegar a ser peligrosa porque puede llevar a que los vasos se rompan y causar la muerte en la persona de un momento a otro sin anunciar. 

Los investigadores hallaron tras el análisis de ADN un gen conocido como ‘PDE10A’, que no está presente en los vecinos de Saluan, y que se encarga de regular la secreción de la hormona tiroidea T4.  

Observaron los expertos que este gen era la llave mágica para poder sumergirse tanto tiempo y a tanta profundidad. 

«Nuestros resultados sugieren que los Bajau han experimentado adaptaciones únicas asociadas con el tamaño del bazo y sus experiencias al bucear”, dicen los cientificos a la opinión pública. 

Añadiendo además que esto hace parte de “un nuevo ejemplo a la lista de adaptaciones genéticas fascinantes que los humanos han experimentado en la historia evolutiva reciente». 

Estas conclusiones pueden servir para comprender la hipoxia aguda, una afección en la que los tejidos corporales experimentan una rápida pérdida de oxígeno causada por alguna enfermedad pulmonar crónica, insuficiencia cardíaca, anemia o una intoxicación por monóxido de carbono. 

Para respirar bajo el agua  

Varios entrenadores de natación consultados por esta redacción vía WhatsApp nos para poder respirar bajo el agua, es necesario tener presente que el aire se coge por la boca, “ya que es más rápido, y se expulsa por la nariz”. 

Asimismo, señalan los expertos en la materia que “el tiempo que tendrás para respirar en el agua seguramente será limitado, por lo que todo el tiempo que ahorres te favorecerá de una forma u otra”. 

Se debe tener en cuenta, dicen los entrenadores que las fosas nasales son más pequeñas que la boca, por lo que se colapsan antes y pueden llegar a impedir que respires bien mientras nadas.  

Al soltar el aire por la nariz evitarás que te entre agua.  

El ritmo recomendado de respiración es de 1 o 2 segundos para inspirar y espirar lentamente en 3 o 4 segundos para manjar la calma en medio del agua. 

Practica la apnea 

De acuerdo con los conocedores del tema la apnea se basa en suspender de forma voluntaria la respiración dentro del agua.  

“Puedes hacerlo de forma estática o si ya estás en un nivel más avanzado, puedes realizarlo mientras recorres largas distancias”.  

Para ello, se recomienda contener la respiración y después sumergirse en la piscina, mantener la posición unos segundos y volver a la superficie.  

Dicho esto, se debe repetir este ejercicio seis veces en cada entrenamiento e ir aumentando el tiempo poco a poco para aumentar la capacidad pulmonar. 

  • Imagen de portada tomada/ Matthieu Paley/National Geographic