Cuando Esmita Spudes Bidari era una niña en Nepal, soñaba con estar en el ejército, pero esa no era una opción real en su país.
La semana pasada, levantó su mano derecha y prestó juramento para unirse a las Reservas del Ejército de Estados Unidos, gracias en parte a un reclutador de Dallas que también es nepalí y se puso en contacto con ella a través de un grupo en línea.
Bidari, quien comenzará su entrenamiento básico en el próximo mes, es sólo el último de un creciente número de inmigrantes legales que se alistan en el ejército estadounidense.
A través de este reclutamiento los migrantes pueden obtener de forma más rápida la ciudadanía norteamericana.
En su lucha por superar la escasez de personal, el Ejército y la Fuerza Aérea han reforzado su estrategia de marketing para atraer a los residentes legales a que se alisten.
Acogida entre los migrantes
Un elemento clave es el uso de reclutadores con antecedentes similares a los de estos posibles reclutas.
Los militares han tenido éxito en el reclutamiento de inmigrantes legales, en particular entre aquellos que buscan empleo, beneficios educativos y cuna vía rápida para convertirse en ciudadanos estadounidenses.
Pero también requieren controles de seguridad adicionales y más ayuda para completar formularios, en particular aquellos que tienen un dominio menor del inglés.
Tanto el Ejército como la Fuerza Aérea afirman que no alcanzarán sus metas de reclutamiento este año, y la Marina también prevé quedarse corta.
Es posible que atraer más gente de la población inmigrante legal no proporcione grandes cantidades, pero cualquier pequeño aumento ayudará.
El Ejército necesita llegar más a los jóvenes
El Cuerpo de Marines es el único servicio que va camino de alcanzar su meta.
Las deficiencias han dado lugar a una amplia gama de nuevos programas de reclutamiento, campañas publicitarias y otros incentivos para ayudar a los servicios a competir con empleos a menudo mejor remunerados.
Los líderes de defensa dicen que los jóvenes están menos familiarizados con el ejército, se sienten más atraídos por trabajos corporativos que ofrecen una educación similar y otros beneficios.
Los reclutas quieren evitar trabajos que generen riesgo de lesiones y muerte que podría traer un trabajo como el servicio en defensa de los Estados Unidos.
Además, dicen que poco más del 20% cumple con los requisitos físicos, mentales y de carácter para unirse.
“Tenemos grandes poblaciones de residentes legales en Estados Unidos que son excepcionalmente patrióticos y están excepcionalmente agradecidos por las oportunidades que este país les ha brindado”, dijo el mayor general de la Fuerza Aérea Ed Thomas.
Así los contactan
Los mayores desafíos han sido identificar sectores geográficos de poblaciones inmigrantes, encontrar formas de llegar a ellos y ayudar a cualquiera de los interesados a navegar por las complejas solicitudes y procedimientos de reclutamiento militar.
El Ejército restableció un programa para que los residentes legales permanentes soliciten la naturalización acelerada una vez que hayan completado el entrenamiento básico.
Los reclutadores comenzaron a comunicarse a través de las redes sociales, utilizando videos cortos en varios idiomas para identificar a los 10 principales países de donde habían venido los reclutas durante el año anterior.
El esfuerzo de la Fuerza Aérea comenzó este año, y el primer grupo de 14 se graduó del entrenamiento básico y juró como nuevos ciudadanos en abril.
Entre ellos había reclutas de Camerún, Jamaica, Kenia, Filipinas, Rusia, Sudáfrica y latinoamericanos.
Están reclutando con mayor agilidad
A mediados de mayo, había alrededor de 100 personas en el entrenamiento básico que habían comenzado el proceso de ciudadanía y unos 40 que lo habían completado.
Thomas dijo que el programa requirió cambios en la política de la Fuerza Aérea, coordinación con los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos y un proceso de selección cuidadoso para garantizar que no haya riesgos de seguridad.
«Tenemos que tomar medidas excepcionales para poder examinar a fondo y pasar por la investigación de autorización de seguridad«, dijo, Thomas.
Añadiendo que en muchos casos los inmigrantes no son colocados inmediatamente en trabajos que requieren autorización de alto secreto.
Con el nuevo programa, los reclutas se inscriben rápidamente en el sistema de ciudadanía y, cuando comienzan el entrenamiento básico, se inicia un proceso acelerado que incluye todos los trámites y exámenes necesarios.
Cuando los reclutas de la Fuerza Aérea terminan sus siete semanas de entrenamiento, el proceso está completo y prestan juramento como ciudadanos estadounidenses.
El primer grupo de 14 personas incluía a varios que buscaban diversos empleos médicos, mientras que otro quería ser especialista en transporte aéreo.
Ed Thomas el mayor general de la Fuerza Aérea, dijo que la aviadora de primera clase Natalia Laziuk, de 31 años,«emigró de Rusia hace nueve años y ha soñado con ser ciudadana estadounidense desde que tenía 11 años y ahora este anhelo se le hace realidad».