Recientemente un sondeo reveló que, por cada niño pequeño, de menos de cuatro años, hay ya seis animales de compañía.
El dato es interesante porque nos habla de dos cuestiones clave para el futuro del país: reto demográfico y cambios sociales.
El 3,7% de la población. Eso es lo que representan a día de hoy en España los niños más pequeños, de menos de cuatro años.
Las autoridades españolas dicen que en 2022 había en el país 1,8 millones de censados en esa franja de edad, entre cero y cuatro años. La cifra llama la atención por varias razones.
Primero, porque supone una porción muy reducida del censo total, solo el 3,8%. Segundo, porque muestra una estampa bastante diferente a la de hace apenas una década y media.
Lo que dicen las estadísticas
Su último censo global, de 2023, habla de casi 10,2 millones de perros, 967.000 gatos y 52.000 hurones.
Sus datos por comunidades autónomas son algo anteriores y contabilizan casi 10,5 millones de estos tres tipos de mascotas, en su inmensa mayoría (87,8%) canes.
Son esas las cifras en las que se basa el análisis de El Mundo para estimar que en los hogares españoles hay unos seis animales de compañía por cada niño pequeño.
Un país de mascotas. Los datos del REIAC ofrecen una pista. Pero no es la única.
Su censo se nutre de los animales de compañía registrados con microchip, una identificación que la Ley de Bienestar Animal.
Hay otras fuentes que estiman sin embargo que la población total de mascotas repartidas por España es bastante superior.
Un país que urge de niños
Si no fuera por la afluencia masiva de inmigrantes en las últimas dos décadas, la población de España se habría reducido enormemente.
Esto habría creado escasez en el mercado laboral y habría tensado el sistema de pensiones de reparto, ya que menos trabajadores estarían apoyando a los jubilados.
El número de residentes nacidos en el extranjero aumentó de 1,2 millones en 1998 (2,9% de los 40,2 millones de habitantes) a 7,2 millones en 2020 (15,2% de los 47,4 millones).
En los últimos cinco años, ha habido más muertes que nacimientos. Este cambio natural negativo de la población (véase la Figura 1), acentuado en 2020 y 2021 por la COVID-19, parece que se mantendrá en el futuro previsible.
Desde cuándo está disminuyendo
La tasa de fecundidad en España ha ido disminuyendo de forma constante desde 1970, pasando de 2,86 a 1,19 el año pasado, la más baja de la UE (véase la Figura 2).
Hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX, las mujeres españolas tendían a tener el mayor número de hijos de la UE.
Para que una población se mantenga estable, la familia media necesita tener 2,1 hijos.
Las familias españolas no sólo son mucho más pequeñas, sino también menos «tradicionales» en su estructura.
Por ejemplo, la proporción de recién nacidos de padres solteros aumentó del 18% en 2000 a cerca del 50% en la actualidad.
La natalidad
La baja tasa de natalidad no es un problema exclusivo de España. En la actualidad, todos los países de la UE tienen tasas de fecundidad inferiores a 2,1 (España desde los años 80 y Francia desde 2010).
La población total de la UE se redujo en 2021 por segundo año consecutivo: cerca de 172.000 personas con respecto a 2020 y más de 656.000 con respecto a enero de 2020, en gran medida debido a la covid-19.
En el mundo desarrollado, solo Israel se ha mantenido consistentemente por encima de la tasa de reemplazo.
Las encuestas muestran que la mayoría de las mujeres españolas (más del 70%) querrían tener dos hijos, pero menos del 30% lo desean.
El Papa Francisco lamentó a principios de este año que muchas parejas prefieran tener mascotas en lugar de niños.
La sociedad española ha experimentado profundos cambios desde el fin de la dictadura franquista en 1975, y a un ritmo más rápido que muchos países.
Ese régimen, que duró 36 años, estaba esclavizado por la Iglesia Católica Romana. El aborto, la anticoncepción y el divorcio eran ilegales.