Distintas poblaciones en América Latina están señalando a las comunidades menonitas como responsables de la deforestación en sus territorios o municipios.
Muchas de las personas que hablaron con el medio de comunicación Mongabay Latam dijeron que tenían miedo de hablar públicamente por temor a represalias.
Las poblaciones indígenas y otras poblaciones locales denuncian que se han deforestado extensas áreas para introducir soja, maíz y sorgo en cinco países latinoamericanos: Bolivia, Colombia, México, Paraguay y Perú.
La alianza informativa de los medios de comunicación Mongabay Latam, Rutas del Conflicto y El Deber, se unieron e investigaron estos casos, primero con imágenes satelitales para detectar alertas recientes de deforestación y luego mediante reportes de campo.
Más de 500 mil alertas de deforestación generadas entre enero y octubre de 2022 llevaron al equipo de periodistas a cinco puntos críticos donde encontraron bosques talados sin autorización.
Asimismo, como la ocupación de territorios de comunidades nativas, tráfico de tierras, amenazas y denuncias interpuestas años atrás.
En el ojo de las autoridades
Distintas autoridades latinoamericanas han fiscalizado la expansión de la agricultura mecanizada que desarrollan los menonitas.
El director nacional del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) de Bolivia, Eulogio Núñez, confirmó en un acto público que algunas colonias han traspasado los límites de su propiedad para ampliar sus campos agrícolas.
Mencionó el caso específico de la comunidad Valle Verde en el municipio de San José de Chiquitos.
Allí “han intentado expandirse más allá de lo legal y eso no está permitido. El lugar donde se han querido instalar son tierras fiscales”, dijo Núñez.
¿Cuál es la extensión de la presencia menonita en la región? Un estudio reciente, Píos pioneros: la expansión de las colonias menonitas en América Latina, analiza la ocupación de este grupo religioso que emigró desde Europa.
Dónde tienen presencia
El mapa de presencia menonita elaborado para el estudio calcula que existen alrededor de 214 colonias menonitas en América Latina que “cubren una superficie total de alrededor de 3,9 millones de hectáreas”, una superficie mayor que la de Holanda, según el estudio.
Los tres países con mayor número de colonias son Bolivia (90), México (65) y Paraguay (25). Los menonitas llegaron por primera vez a México en 1922.
El autor principal del estudio, Yann le Polain de Waroux, investigador del Departamento de Geología de la Universidad McGill, Canadá, dijo a Mongabay Latam que la expansión continuará “mientras haya colonias donde el valor de tener familias numerosas sea importante y también lo sea el valor de ser agricultores”.
“Estas personas van a necesitar tierras y posiblemente tendrán que crecer y crear nuevas colonias”, afirma.
“Aún hay urgencia por encontrar nuevas tierras en América Latina y también fuera de ella”.
En alerta
No es difícil identificar la presencia de una colonia menonita en una imagen satelital.
Generalmente siguen patrones de ocupación marcados por nuevas líneas rectas o caminos desde los cuales se abren cuadrantes para tierras agrícolas.
Carla Limas, especialista en Sistemas de Información Geográfica de la organización ambientalista ProPurús, ha analizado la ocupación menonita de Ucayali, en la Amazonía peruana.
Ella se refiere a las líneas que los menonitas crearon como ejes agrícolas “porque de ahí surgen las parcelas”. Vistas desde arriba, estas líneas parecen grandes cicatrices en medio del bosque.
La pérdida de la cobertura forestal en estas tierras de las colonias ha llamado la atención de las autoridades ambientales.
En la Amazonía peruana, por ejemplo, las colonias de las regiones de Ucayali y Loreto enfrentan investigaciones.
Robo de tierras
Todos los casos tienen algo en común: la adquisición del territorio está vinculada al tráfico de tierras.
Una de las historias que el equipo de reporteros investigó es el caso de Tiruntán en Perú.
Se centra precisamente en el tráfico de tierras detrás de la adquisición de propiedades y el cambio de uso de suelo sin autorización.
Además, la investigación revela reuniones entre los líderes de la colonia menonita y sus abogados en las altas esferas políticas para legalizar su ocupación.
En Paraguay, la Fiscalía respondió a la demanda que interpuso un indígena local denunciando cómo la maquinaria de una colonia menonita taló al menos tres hectáreas de bosque y destruyó un estero en la reserva comunitaria de Pindo’i.
Mientras esperan sentencia, más de 600 alertas de deforestación indican que la pérdida de bosques continúa.