Los Países Bajos se vieron obligaros a cerrar las cárceles por falta de presos

Los Países Bajos se han convertido en un pequeño mundo ideal para muchos con su increíble calidad de vida, avances y progresos que lo ponen entre la lista de países de ejemplo a seguir.

Especialmente por una característica en específico que lo ha convertido en el centro de atención en el mundo: La increíble crisis de presos que han obligado a cerrar las cárceles.

Las cárceles en Países Bajos se quedaron sin presos y están cerrando las celdas

Contrariamente a la tendencia observada en muchos países latinoamericanos y del mundo, los Países Bajos han reducido considerablemente su población carcelaria, al punto de que esperan que pronto dejen de existir presos.

Por lo que cerrar las cárceles se ha convertido en la mejor alternativa de una política revolucionaria para la seguridad del país: Menos cárceles, menos delitos.

Además de que gracias a la falta de presos, han encontrado un uso muy llamativo para las cárceles y que está marcando una nueva tendencia que todos quieren seguir.

Este fenómeno de la falta de presos, ha llegado al punto de que Países Bajos decidió alquilar las celdas vacías a países vecinos como Bélgica. 

El revolucionario sistema penitenciario de Países Bajos

Aunque en un principio este sistema penitenciario de los Países Bajos era controvertido por estar desligado de los modelos tradicionales para los criminales en la cárceles. Con el paso del tiempo, ha demostrado ser un éxito para erradicar los índices de criminalidad y se ha convertido en un ejemplo a seguir para otros países.

Esto se debe a que han adoptado una forma diferente de tratar a los delincuentes. Dándoles oportunidades para reintegrarse en la sociedad en lugar de mantenerlos mucho tiempo en prisión.

Para esto, utilizan penas cortas contra los criminales y multas, así el presupuesto tampoco se ve afectado.

Desde 2014, el país ha cerrado 23 cárceles, una cifra contundente que revela una disminución aún más impresionante en el número de delitos y condenas.

Las condenas han disminuido en un 27 % en la última década. Pero lo más asombroso es que esto no se debe a un cambio en la actitud judicial hacia la prisión. Sino a una caída del 40 % en el número de delitos cometidos.

Este progreso en materia de seguridad en el país, se atribuye en parte a la legalización de las drogas y a una efectiva política de reinserción. Lo que reduce favorablemente los índices de reincidencia.

Éxito en el modelo de sistema penitenciario que ahora las cárceles son usadas como viviendas y hoteles

La reinvención de cárceles como viviendas y hoteles refleja el éxito de las medidas alternativas implementadas para la reinserción social. Así como la creatividad para un segundo uso de los centros carcelarios ahora que no tienen presos.

Por ejemplo, en la prisión de Norgerhaven, en el norte de los Países Bajos, ver las celdas vacías se ha vuelto común. Por lo que ha sido más rentable convertirla en vivienda y hotel que sirve de refugio para muchas personas. 

Además, al éxito del sistema carcelario neerlandés, también se suma la implementación del seguimiento electrónico que se usa en condenados por delitos menores.

Con esto, permite a las personas permanecer activas pero localizadas, contribuyendo al crecimiento del país. Mientras que otros criminales participan en trabajos sociales para la comunidad como parte de su proceso de reintegración.

Es así como el sistema neerlandés parece haber encontrado la fórmula perfecta a través de su sistema penitenciario y de reinserción. Para lograr un equilibrio entre la reintegración efectiva y la seguridad pública.

Que gracias a la disminución significativa en el número de delitos y de criminales en el país. Este enfoque innovador se ha convertido en un modelo para otros países.

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