La Atlántida la civilización que si existió y que fue encontrada en las profundidades del Mediterráneo

Alrededor del año 360 a. C. el filósofo Platón reveló la historia de la Atlántida. 

Los fundadores de La Atlántida, dijeron que eran mitad dioses y mitad humanos, creando así una civilización utópica que se convirtió en una gran potencia naval.  

El lugar estaba formado por islas concéntricas separadas por amplios fosos y unidas por un canal que penetraba hasta el centro. 

Las exuberantes islas contenían oro, plata y otros metales preciosos y albergaban una gran cantidad de vida salvaje rara y exótica.  

Tenían lo que sería una gran ciudad capital en la isla central. 

Hay muchas teorías sobre dónde estaba La Atlántida: en el Mediterráneo, frente a la costa de España, incluso bajo lo que hoy es la Antártida. 

Qué dice la leyenda 

La leyenda de La Atlántida es una historia sobre un pueblo moral y espiritual que vivió en una civilización utópica y muy avanzada.  

Pero se volvieron codiciosos, mezquinos y «moralmente en bancarrota». 

Fue por ello que los dioses «se enojaron porque la gente había perdido el rumbo y se había entregado a actividades inmorales», dice Charles Orser, curador de historia del Museo del Estado de Nueva York en Albany. 

Como castigo, dice, los dioses enviaron «una terrible noche de fuego y terremotos» que provocó que la Atlántida se hundiera en el mar. 

Descubrimiento de La Marmotta 

A unos 60 kilómetros de Roma, se encuentra el asentamiento neolítico de La Marmotta en el fondo del lago Bracciano. 

Uno de los primeros asentamientos neolíticos en el centro de la península italiana, donde vivía una comunidad de agricultores con plantas y animales domésticos hace más de 7000 años.  

Durante la excavación, los análisis dendrocronológicos y la datación por radiocarbono de los pilotes que sostenían las viviendas demostraron que la ocupación de La Marmotta tuvo lugar en el Neolítico temprano (5690-5260 a.C). 

Los habitantes de La Marmotta vivieron en el asentamiento durante casi 500 años, hasta que lo abandonaron por motivos que aún se desconocen. 

Restos vegetales y animales son indicativos de una comunidad con una economía doméstica plenamente consolidada. 

Relación de La Marmotta con la Atlántida 

La historia de la navegación tomó un rumbo inesperado con el descubrimiento de las cinco canoas neolíticas en el asentamiento submarino de La Marmotta. 

Su relación con la Atlántida se debe a su misterioso desarrollo, desaparición y avances que tenían para ese tiempo. 

Así como la ciudad pérdida de Platón, genera interés y curiosidad sobre las antiguas sociedades y los misterios que aún guardan. 

Cuando se encontró La Marmotta 

El descubrimiento del yacimiento de La Marmotta en 1989 fue totalmente fortuito.  

Ocurrió cuando un grupo de expertos excavaban el fondo del lago para la instalación de una tubería que debía llevar agua al Vaticano. 

Desde su descubrimiento, la materia orgánica en La Marmotta se conserva como si alguien la hubiera abandonado hace apenas unos días. 

Dentro de los restos encontrados en La Marmotta, el ganado doméstico constituye aproximadamente el 75% del número mínimo de individuos documentados.  

Se compuso principalmente de ovejas y cabras, junto con una menor cantidad de ganado vacuno y porcino.  

A su vez, el 65% de los restos botánicos corresponden a distintos tipos de cereales domésticos como el trigo, la cebada, lentejas, guisantes y algunas frutas como manzana, uva, higos, avellanas. 

Además de que utilizaban plantas para la elaboración de textiles, aceite y tintes o con propiedades terapéuticas. 

Una antigua ciudad romana bajo el agua  

La población neolítica que alguna vez vivió en esta ciudad sumergida también fue cazadora y recolectora.  

Los restos de cerámicas y rocas, revelan que mantenían contacto con otras comunidades en las islas italianas de Palmarola y Lipari, del sílex del Gargano, los Alpes y del este del Mediterráneo. 

Lo más notable de La Marmotta es su increíble conservación a pesar del tiempo, semejante al contexto de Pompeya. 

Todo se encuentra prácticamente en el mismo estado en que las dejaron quienes las fabricaron y habitaron el lugar.  

Entre los hallazgos destacan numerosos y variados utensilios, cestería, textiles y vasijas que elaboraban de diferentes formas, tamaños y decoración. 

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