Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos han publicado un nuevo informe que destaca un peligro potencial del enjuague nasal con agua del grifo no esterilizada.
Este tipo de lavados podría traer consigo infecciones por amebas en la piel, los ojos, los pulmones o el cerebro.
En el informe, publicado en la revista Emerging Infectious Diseases, detalla que los casos de 10 pacientes estadounidenses que se infectaron con un tipo de ameba llamada Acanthamoeba entre 1994 y 2022.
Lo que dice la información en cuestión, es que todos los pacientes se habían enjuagado las fosas nasales, la mayoría con dispositivos como botellas exprimibles o neti pots, antes de enfermarse.
Lo hicieron por diversas razones, entre ellas para aliviar los síntomas de la sinusitis crónica o inflamación de los senos nasales.
Los pacientes experimentaron una serie de complicaciones de salud como resultado de sus infecciones por amebas.
Seis personas desarrollaron enfermedades de la piel y seis sufrieron una infección rara del sistema nervioso llamada encefalitis amebiana granulomatosa (EAG), que afecta el cerebro y la médula espinal.
De las 10 personas infectadas, siete sobrevivieron a sus enfermedades y tres de las personas con EAG murieron.
El peligro del grifo
Todos los pacientes infectados tenían el sistema inmunológico debilitado, en su mayoría porque tenían cáncer y estaban recibiendo tratamiento.
De las cinco personas que informaron qué tipo de agua habían usado para enjuagarse la nariz, cuatro dijeron que habían usado agua del grifo y una dijo que había usado agua esterilizada pero que también había sumergido su dispositivo en agua del grifo.
El agua del grifo suele contener pequeñas cantidades de microbios que suelen morir por el ácido del estómago.
Sin embargo, estos microorganismos pueden sobrevivir en la nariz y causar infecciones si llegan allí.
El enjuague nasal con agua del grifo no esterilizada se ha relacionado anteriormente con una variedad de infecciones por amebas.
Por ejemplo, entre ellas las causadas por las amebas devoradoras de cerebros Naegleria fowleri y Balamuthia mandrillaris.
Las amebas Acanthamoeba también pueden causar una enfermedad potencialmente mortal que daña el cerebro.
Según los expertos, las amebas se encuentran en todo el mundo y viven tanto en el suelo como en cuerpos de agua, incluidos lagos, ríos y agua del grifo.
No lavarte si tienes las defensas bajas
Por lo tanto, los hallazgos del nuevo informe de los CDC sirven como recordatorio para quienes practican el lavado nasal para que lo hagan de manera segura.
Los CDC recomiendan que cualquier persona que realice lavados nasales utilice agua hervida, esterilizada o destilada.
El agua del grifo, por ejemplo, debe hervirse durante al menos un minuto para esterilizarla, o durante tres minutos si se encuentra a más de 6.500 pies (2.000 metros). Siempre debe enfriarse antes de su uso.
«Publicamos este estudio porque queremos que la gente sea consciente de este riesgo«, dijo a CBS News la Dra. Julia Haston, autora principal del estudio y médica y epidemióloga médica de los CDC.
La acanthamoeba puede entrar al cuerpo de muchas maneras, incluso a través de los ojos, la piel lesionada o el tracto respiratorio.
Es un tipo de patógeno oportunista, lo que significa que normalmente no daña a las personas sanas, pero puede aprovechar la oportunidad si alguien tiene un sistema inmunológico debilitado o si puede entrar al cuerpo a través de un tejido dañado.
Las personas que tienen mayor riesgo de infección son aquellas que han tenido un trasplante de órgano, cáncer, VIH o diabetes.
Sobre la ameba
Esta ameba se puede encontrar de forma natural en todo el entorno: en lagos, ríos, agua de mar y suelo.
Puede causar enfermedades de la piel y de los senos nasales, y puede infectar el cerebro, donde puede causar una forma mortal de inflamación.
El microorganismo también se ha relacionado con infecciones oculares no mortales, pero que pueden poner en peligro la vista, a veces a través de una solución para lentes de contacto contaminada.
Las autoridades sanitarias estadounidenses han identificado alrededor de 180 infecciones causadas por este organismo unicelular desde que se diagnosticó la primera en 1956.
En la gran mayoría de los casos, los investigadores no saben exactamente cómo se infectaron las personas.
Aunque, al revisar los casos en las últimas décadas, los investigadores de los CDC recibieron cada vez más información de que varios de los casos se habían lavado la nariz en un grifo.
Las investigaciones también han indicado que es común en el agua del grifo.
Un estudio realizado en Ohio en la década de 1990 descubrió que más de la mitad de las muestras de agua del grifo estudiadas contenían la ameba y microorganismos similares.