Si usted tiene alguno de estos apellidos, podría ser descendiente de la realeza española

La nobleza española, con raíces profundas en la Edad Media, ha dejado una marca imborrable en el país a través de los apellidos transmitidos de generación en generación.  

El apellido no solo nos identifica legalmente, sino que también pueden revelar el origen de nuestros ancestros. 

Según la información revelada por el Consejo General de la Grandeza demuestran que en España hay un total de 2243 nobles. 

Algunas de las casas nobiliarias más conocidas son el Ducado de Alba, el de Osuna, el de Medina Sidonia, Medinaceli o el del Infantado.  

Estas casas, al igual que tantas otras de la nobleza, han destacado siempre por sus apellidos y nombres propios. 

Así las cosas, usted podría tener algún apellido de la realeza que le permitiría tener la nacionalidad española si logra demostrar dicha descendencia con documento u otra forma de establecer el parentesco ante las autoridades migratorias de España

La descendencia real española  

Si tienes uno de estos 5 apellidos, podrías descender de la realeza española 

Ortiz: Se trata de un apellido vasco que en latín significa ‘fuerte o valiente’. Su relación proviene de la nobleza del arte de la caballería española. 

Haro: Este apellido proviene de la región de La Rioja, específicamente de la Casa de Haro, una familia de la nobleza feudal relacionada con la Corona de Castilla. 

Lara: Proveniente de la región de Burgos, este desciende directamente de los Reyes Godos y de los Condes de Castilla. 

Flores: Tiene un origen asturiano y actualmente está distribuido en toda España, portado principalmente por el infante don Aznar Fueral, hijo del rey Fruela II. 

Villanueva: Apellido de origen geográfico, también conocido como toponímico. 

Lo que debes saber si eres descendiente  

En 1999, el estadístico de Yale Joseph Chang demostró que si nos remontamos lo suficiente –digamos 32 generaciones, o 900 años– descubriríamos que todos los que hoy estamos vivos compartimos un ancestro común.  

En Europa, donde los linajes han sido estudiados minuciosamente, ese ancestro fue alguien que vivió hace apenas 600 años. 

Un estudio de 2019 de Peter Ralph y Graham Coop se basó en la investigación de Chang y demostró que todos los europeos descienden del mismo pueblo.  

Más recientemente, Rutherford demostró que prácticamente todos los europeos descienden de la realeza, en concreto de Carlomagno, que gobernó Europa occidental entre 768 y 814. 

Un artículo de 2002 ofrece ejemplos más esclarecedores: “Casi todos los habitantes del Nuevo Mundo [es decir, las Américas, incluidas las Bermudas y el Caribe] deben descender de la realeza inglesa». 

Incluso las personas de ascendencia predominantemente africana o nativa americana, debido a la larga historia de matrimonios mixtos en las Américas.  

De manera similar, todos los de ascendencia europea deben descender de Mahoma.  

Mientras tanto, Confucio, Nefertiti y casi cualquier otra figura histórica antigua que fuera incluso moderadamente prolífica debe contarse hoy entre los antepasados de todos. 

Mayor probabilidad de tener descendencia real 

Como reconoció Yale Joseph Chang en su estudio, la mayoría de los emparejamientos no son aleatorios, sino selectivos.  

Esto significa que las personas tienden a emparejarse con aquellas que se parecen más a ellas en términos geográficos, lingüísticos y socioeconómicos.  

Un hombre escandinavo rico tiene muchas más probabilidades de casarse con una mujer adinerada de Suecia o Noruega que con una pobre de Saskatchewan. 

“En la mayoría de los casos”, dice Taylor, “las familias reales se esfuerzan por casarse dentro del mismo círculo social”.  

Gregory Clark, profesor de economía en la Universidad de California en Davis que estudia la genealogía de la movilidad social, dice que eso significa que “la probabilidad de que estés emparentado con la realeza, si te remontas a 1300 o 1066, depende de lo cerrada que fuera la clase noble”. 

En algunos países, esa puerta de clase está firmemente cerrada. 

Pero en Inglaterra, dice Clark, “las clases nobles siempre han sido bastante abiertas a la incorporación de plebeyos ricos”.  

Por lo tanto, “una gran parte de los ingleses modernos estarán emparentados con alguien del pasado que fue parte de la nobleza”. 

Otra forma de ser de la realeza 

Si desciendes de la realeza, puede ser a través de un príncipe, una princesa o un mendigo.  

En los últimos años, los matrimonios morganáticos (es decir, cuando un miembro de la realeza se casa con alguien de menor estatus) se han vuelto cada vez más comunes en todo el mundo, lo que ha aumentado el número de personas con derechos reales. 

Kirill Chashchin, un investigador genealógico ruso, dice que los “casi miembros de la realeza” –los hijos ilegítimos y aquellos que muestran algunas conexiones reales, pero no un linaje claro– han enturbiado las aguas.  

Dale Myers, fundador de la Colorado Genealogical Research Company, está de acuerdo.  

“Los reyes tendían a tener una esposa y muchas consortes o amantes”, dice. “Como resultado, el rey Ricardo I… puede que no [hubiera] estado emparentado con el rey Eduardo después de todo”. 

Además, la realeza no es necesariamente estática. “En Estados Unidos”, dice Taylor, “millones de personas pueden rastrear su ascendencia hasta la realeza europea a través de ‘antepasados de entrada”.  

“Los primeros estadounidenses coloniales con linaje documentado a líneas reales”.  

Hoy, “estos antepasados suelen tener millones de descendientes vivos que pueden reclamar ascendencia real. Las probabilidades aumentan cuanto más tiempo lleva una familia en un país o región”. 

  • Imagen de portada tomada/Shutterstock – Periódico El Cronista