Cuando el fundador de Duolingo, Luis von Ahn, cumplió 24 años, ya era millonario.
Ahora, con 43 años, puede que no sea un nombre muy conocido, pero probablemente, tú seas una de los cientos de millones de personas que usa alguna de las plataformas tecnológicas todos los días.
Eso es cierto, tanto si utilizas Duolingo, el popular sitio web y aplicación de aprendizaje de idiomas que se lanzó en 2011.
Von Ahn también es parcialmente responsable de CAPTCHA: trabajó en el equipo de investigación de la Universidad Carnegie Mellon que acuñó la frase en 2003 y ayudó a desarrollar la tecnología detrás de “estos caracteres distorsionados que tienes que escribir en Internet, siempre que compres entradas en Ticketmaster o lo que sea”, le dice a CNBC Make It.
CAPTCHA existía para resolver un problema importante: los spammers escribían códigos para robar millones de direcciones de correo electrónico e inundar esas bandejas de entrada con correo basura.
Hoy, Ahn dice que aproximadamente 200 millones de personas completan un CAPTCHA diariamente.
Todo un genio
En 2003, creó un juego sencillo en el que se emparejaban dos jugadores y se les mostraba la misma imagen.
Si sus descripciones coincidían, pasaban a la siguiente imagen. Vendió el juego a Google por “un par de millones de dólares”, afirma.
En 2006, von Ahn recibió una beca MacArthur, también conocida como la beca para “genios”.
Con millones en el banco, podría haberse quedado sentado, tranquilo, pero en cambio, dice, se sintió culpable por la cantidad de tiempo que la gente perdía rellenando formularios CAPTCHA.
“Si multiplicas 10 segundos por 200 millones, empecé a pensar: vale, eso resulta ser 500.000 horas cada día”, dice von Ahn.
“Durante esos 10 segundos, mientras escribes un CAPTCHA, tu cerebro está haciendo algo que los ordenadores aún no pueden hacer. Los ordenadores no pueden reconocer estos caracteres distorsionados”.
La pérdida de productividad lo llevó a él y a un grupo de investigadores a desarrollar reCAPTCHA, que se lanzó en 2007 como una forma más rápida de diferenciar entre humanos y robots.
Su venta a Google
Google adquirió reCAPTCHA en 2009 por una suma no revelada. Von Ahn dice que fue de decenas de millones de dólares.
Una vez más, podría haberse quedado de brazos cruzados. En cambio, a él y a Severin Hacker (un destacado estudiante de doctorado de la Carnegie Melon University, donde von Ahn es profesor consultor) se les ocurrió la idea de crear una aplicación educativa que enseñara a la gente a aprender nuevos idiomas de forma gratuita.
En la actualidad, el 6% de la base de usuarios de Duolingo paga suscripciones, lo que permite a la empresa mantener algunos de sus servicios gratuitos para millones de otros usuarios.
La empresa tiene una capitalización de mercado de 2.790 millones de dólares, según datos del jueves por la mañana.
Un dato secreto de Luis
El éxito continuo de von Ahn no se debe únicamente a su habilidad para crear empresas, sino también a su capacidad para crear culturas en las que la gente quiere vivir.
Cuando los posibles empleados de nivel ejecutivo toman un auto desde el aeropuerto hasta la oficina para entrevistas de trabajo, von Ahn le paga al conductor para que les dé su opinión sobre sus interacciones, con el fin de eliminar las personalidades tóxicas.
“Eso es parte de la entrevista y la gente no lo sabe”, dice.
“Normalmente, la mayoría de la gente está perfectamente bien, pero no hemos hecho ofertas a personas muy, muy cualificadas y competentes porque fueron desagradables con nuestro conductor”.
Lo que hace en este momento
En la actualidad, von Ahn es el director ejecutivo de Duolingo. Forma parte de la junta directiva de la Fundación Estadounidense de la Universidad del Valle de Guatemala, donde ayuda a dar forma al futuro de la educación en el país.
Ha dado charlas sobre Duolingo a jóvenes en universidades de Turquía, India, Guatemala, Chile, Argentina, México y Costa Rica.
Duolingo también organiza Noches de Tecnología Creativa en sus oficinas para inspirar a las niñas de la escuela secundaria a seguir carreras en STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
- Imagen de portada tomada/ORSAI