Así es como un grupo de científicos busca «revivir» al extinto tigre de Tasmania

El tilacino ha sido durante mucho tiempo un icono de la extinción causada por el hombre.  

En el siglo XIX y principios del siglo XX, los colonizadores europeos de Tasmania culparon erróneamente a este marsupial carnívoro, del tamaño de un perro y con rayas de tigre, de matar a sus ovejas y gallinas.  

Los colonos masacraron a miles de tilacinos e intercambiaron las pieles de los animales por una recompensa del gobierno.  

El último tilacino conocido pasó sus días paseando por una jaula de un zoológico en Hobart, Tasmania, y murió por negligencia en 1936. 

Ahora, esta criatura parecida a un lobo, también conocida como tigre de Tasmania, está a punto de convertirse en un emblema de la desextinción, una iniciativa que busca crear nuevas versiones de especies perdidas.  

Colossal Biosciences, una empresa de desextinción con sede en Texas que fue noticia en septiembre pasado cuando reveló que planeaba recuperar al mamut lanudo, anunció hoy que su segundo proyecto será resucitar al tilacino. 

Los expertos a cargo

Los científicos australianos llevan desde 1999 esperando utilizar tecnologías genéticas emergentes para intentar resucitar al tilacino. 

Cuando la especie se extinguió, Tasmania perdió a su principal depredador.  

En teoría, la reintroducción de tilacinos sustitutos podría ayudar a restablecer el equilibrio en los bosques que quedan en Tasmania eliminando animales enfermos o débiles y controlando a los herbívoros sobreabundantes, como los ualabíes y los canguros, según afirman algunos investigadores.  

Pero los primeros intentos de clonar al animal a partir del ADN de especímenes de museo fracasaron y el esfuerzo no ha atraído una financiación significativa… hasta este año. 

Colossal Biosciences, cofundada por el genetista de la Universidad de Harvard George Church y el empresario tecnológico Ben Lamm, está trabajando con Andrew Pask de la Universidad de Melbourne, quien ya ha secuenciado la mayor parte del genoma del tilacino.  

El tilacino es el candidato perfecto para la desextinción, dice Pask, porque se extinguió hace relativamente poco tiempo, hay ADN de buena calidad disponible y sus presas y partes de su hábitat natural aún existen. 

Lo que buscan intentar

En marzo pasado, un equipo del Laboratorio de Investigación de Restauración Genética Integrada del Tilacino con una donación filantrópica de cinco millones de dólares australianos (unos 3,6 millones de dólares).  

Colossal está aportando «más que esa» suma, dice Pask (no quiere revelar exactamente cuánto), así como acceso a equipos, otro laboratorio dedicado al tilacino en Texas y un gran equipo de investigadores. 

Con esta alianza establecida, Pask dice ahora que es razonable esperar tener «algo parecido a un tilacino des-extinto» en una década.  

Esa primera iteración podría ser «90 por ciento de tilacinos», dice, aunque el objetivo final es más bien del 99,9 por ciento.  

Finalmente, después de muchos años de monitorear a los animales modificados en un área grande y cerrada, el objetivo de Colossal es liberar una población viable y genéticamente diversa de quizás 100 tilacinos sustitutos en la naturaleza. 

Lo que quieren hacer

Para resucitar al mamut lanudo, los investigadores de Colossal planean introducir genes de mamut en el genoma del elefante asiático, su pariente vivo más cercano.  

Luego intentarán crear un embrión que contenga ese ADN modificado que pueda gestarse en un “sustituto” de elefante africano o en un útero artificial.  

La criatura resultante no sería un mamut en sí, sino más bien un “elefante ártico” adaptado al frío, con orejas pequeñas, pelo peludo, frente abovedada y colmillos curvados, dice Lamm.  

Sin embargo, si le mostrara la criatura a su abuela, ella diría “eso es un mamut lanudo”, agrega. 

Según Lamm, Colossal ya ha secuenciado por completo los genomas de los elefantes asiáticos y africanos, ha recopilado más de cincuenta genomas de mamuts y ha comenzado a realizar modificaciones en células de elefantes, pero cree que el tilacino podría resultar más fácil de revivir que el mamut debido a los tiempos de gestación involucrados.  

Sin embargo, ambos proyectos aún enfrentan muchos obstáculos. 

La forma en cómo lo harán

En el caso del tilacino, la primera tarea es completar la secuenciación del genoma del animal.  

El laboratorio de Pask tiene el 96 por ciento del genoma completo, pero el 4 por ciento restante es el más complicado, afirma.  

“Es como resolver uno de esos horribles rompecabezas en los que todo es alubias cocidas o todo es cielo azul. Cada parte parece igual y estamos tratando de averiguar cómo encaja todo”. 

A continuación, los investigadores compararán el genoma del tilacino con el de uno de sus parientes vivos más cercanos: el dunnart de cola gruesa, un marsupial del tamaño de un ratón que es relativamente abundante y se adapta bien al cautiverio.  

Utilizando la tecnología de edición genética CRISPR , los científicos modificarán el genoma del dunnart para que se parezca más al del tilacino. 

Los investigadores ya han descubierto cómo reprogramar las células de la piel de dunnart para convertirlas en células madre y actualmente las están probando para ver si son capaces de generar un embrión completo, algo que aún no se ha hecho en marsupiales, que se desarrollan de manera diferente a los mamíferos placentarios, como los humanos y los ratones.  

La tecnología reproductiva

Una vez que hayan perfeccionado la receta, podrán usar las células madre para crear un embrión vivo modificado genéticamente que podrán insertar en una madre dunnart o en un útero marsupial artificial, que tendrían que inventar. 

Se estima que los embarazos de los tilacinos duran apenas unas semanas, en comparación con los 22 meses de los mamuts.  

Y, al igual que otros marsupiales recién nacidos, las crías de tilacino serían apenas más grandes que un grano de arroz, por lo que incluso una madre dunnart diminuta podría alimentarlas en su bolsa al principio.  

Pero Lamm dice que Colossal trabajará en el desarrollo de una bolsa sintética, así como una fórmula de leche para marsupiales adecuada para cada etapa de desarrollo. 

En conjunto, estas nuevas tecnologías reproductivas para los marsupiales podrían convertirse en herramientas cruciales para la conservación de especies existentes como los koalas o los numbats, afirma Pask. 

“De ninguna manera tendría los millones que tengo ahora para la conservación de los marsupiales si no estuviera tratando de recuperar al tigre de Tasmania”, afirma. 

  • Imagen de portada tomada/Pixabay