Alther Valbuena, periodista y artista drag, de 37 años, es de Cali, una ciudad colombiana que él describe como “la capital de la salsa”.
Ahora se encuentra en el entorno más tranquilo de Campdevànol, un pueblo de 3.200 habitantes en las estribaciones de los Pirineos catalanes, como pionero del programa ‘Comunitats Rurals Queer’.
Reubicar a refugiados LGBTIQ+ en pequeños pueblos puede no ser la forma más obvia de frenar la despoblación de la Cataluña rural.
Pero para Jordi Coch, el activista rural que ideó el programa, el objetivo es doble.
Romper con el estereotipo de que las comunidades rurales son estrechas de miras e intolerantes; y mitigar una de las causas menos discutidas de la despoblación rural.
“La gente abandona los pueblos por razones económicas, por falta de trabajo o de servicios, pero también por tener una identidad sexual diferente o disidente”, dice Coch.
Cómo sostienen este plan
Con financiación del Departamento de Igualdad del gobierno regional catalán, Valbuena ahora comparte una casa en el pueblo con otros dos refugiados venezolanos.
Entre ellos está Edwin Cárdenas, de 54 años, un hombre trans, y su pareja Nazareth Moreno, de 51 años, que es lesbiana.
Ellos han solicitado asilo, pero disfrutan de protección legal mientras esperan que se tramite su solicitud.
Se han comprometido a permanecer un mínimo de un año en Campdevànol, que antaño era un pueblo de trabajadores del metal, pero que ahora depende más del turismo de excursionistas y ciclistas.
Aunque no es un ejemplo de decadencia, Campdevànol da la sensación de ser un lugar que ya ha dejado atrás lo mejor de sí.
Hay poca gente en la calle y, entre los que hay, son sobre todo personas mayores; apenas el 10% de la población tiene menos de 14 años.
La “España vacía”
La despoblación rural no es un problema exclusivo de España, pero este país tiene la segunda tasa de natalidad más baja de Europa, después de Malta, y la esperanza de vida, de 84 años, más alta del continente, después de Suiza.
Lo único que está frenando el descenso de la población es la inmigración que llega desde África y Latinoamérica.
Hasta el año 2000, España no había experimentado una inmigración significativa desde que los árabes y los bereberes invadieron el país en el siglo VIII.
Al contrario, durante siglos ha sido un lugar de salida de personas, principalmente hacia América.
Lo que atrae a los inmigrantes a España
Atraídos por una recuperación económica impulsada por el auge de la construcción, alrededor de 6 millones de inmigrantes llegaron durante los primeros 10 años de este siglo, lo que supone un aumento de la población del 15%.
El boom también aceleró el proceso de la España vaciada, ya que gente de todo el país abandonó el campo para trabajar en las ciudades y en los desarrollos turísticos costeros.
Como resultado, en los últimos 10 años el 75% de los municipios, tanto grandes como pequeños, han visto disminuir su población, y el 80% de ellos registraron más muertes que nacimientos en la última década.
En general, la población de España está ahora en declive.
Las estadísticas hablan
Hay oficialmente 3.000 pueblos abandonados y muchos miles más con menos de 500 habitantes: una masa crítica para mantener servicios como escuelas y centros médicos.
En este contexto, no sorprende que la gente piense en abordar esta problemática con otra, que es las decenas de miles de solicitantes de asilo.
‘Oportunitat500’ es otro de los programas para repoblar la Cataluña rural con personas refugiadas, en este caso en pueblos de menos de 500 habitantes, que se puso en marcha a finales de 2022.
Esta iniciativa cuenta con una financiación de 189.000 euros del Departamento de Igualdad de Cataluña.
“Al finalizar la primera fase el año pasado habíamos conseguido una importante participación de personas refugiadas en sus comunidades”, afirma Oriol López-Plana, coordinador del programa.
“En diciembre empezamos la segunda fase, con el foco puesto en la inserción laboral de los 18 participantes”.
Entre 2015 y 2023, llegaron a España más de 500.000 inmigrantes ilegales, muchos de ellos en busca de asilo.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados , en lo que va de año han llegado otros 22.270, la mayoría por mar y procedentes sobre todo de África occidental, mientras que otros 200.000 ucranianos han recibido protección temporal.
- Imagen de portada tomada/The Conversation