Con miras al 2025 un proyecto de gran envergadura podría significar el inicio de una de las conexiones terrestres más importen a nivel de América Latina.
Se trata del Tren Eléctrico Transcontinental que uniría al Sudamérica con Centroamérica, partiendo desde Panamá y pasando por Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Bolivia, Argentina, Paraguay, Brasil, Uruguay, Venezuela y Guyanas.
Uno de los que está al frente de estos trabajaos es el arquitecto Robert Salameh quien promueve las características de este medio de transporte.
El profesional ha dicho a la opinión pública que, dicha infraestructura tiene el propósito de convertirse en el eje ferroviario que promueva desarrollo atravesando las diferentes naciones antes mencionadas.
Los ferrocarriles transcontinentales son vías férreas que recorren los continentes. El Ferrocarril Transiberiano (TSR) en Rusia es el sistema ferroviario más largo del mundo.
Un ferrocarril transcontinental es una vía férrea que atraviesa una masa continental y se conecta con distintos océanos o fronteras continentales en distintos puntos.
Ventaja de los trenes eléctricos
A diferencia de los coches eléctricos, los coches autónomos o las ampliaciones de las autopistas, los trenes eléctricos pueden reducir drásticamente los tiempos de viaje y aumentar la capacidad de transporte en zonas urbanas densas.
Los trenes eléctricos pueden trasladar a más personas, más rápidamente y utilizando menos espacio que cualquier otra tecnología existente.
Los trenes eléctricos son superiores a los trenes diésel por varias razones.
Pueden acelerar y desacelerar mucho más rápido, lo que reduce los tiempos de viaje entre estaciones y permite que haya más trenes en la línea al mismo tiempo.
No producen emisiones, por lo que son buenos para el clima y reducen la contaminación local.
Son silenciosos, por lo que los vecinos no se molestarán tanto. Y son geniales, ya que brindan una experiencia lujosa y de alta tecnología a los pasajeros.
Pero las mejoras en el tiempo de viaje son lo que hace que los trenes electrificados cambien las reglas del juego.
Bajos costos
Según las cifras publicadas por el Telegraph, el mantenimiento de los trenes eléctricos cuesta 20 veces menos que el de los trenes diésel por milla.
El costo del combustible por milla es de 47 peniques para los trenes diésel y de 26 peniques para los trenes eléctricos, e incluso se dice que el desgaste de las vías es más caro con los trenes diésel.
Para los pasajeros también hay beneficios: Network Rail afirma que los viajes en trenes eléctricos serán «viajes más rápidos y silenciosos, con más asientos en los trenes y una confiabilidad mejorada en algunas de las rutas más transitadas».
Beneficios de la electrificación
Normalmente, un tren eléctrico emite entre un 20% y un 35% menos de carbono por milla de pasajero que un tren diésel, una cifra que aumentará a medida que la industria de generación de energía continúe descarbonizándose.
El traslado de la actividad de pasajeros desde el transporte por carretera y los aviones, que consumen mucha energía y generan CO2, al ferrocarril eléctrico es una estrategia clave para alcanzar el objetivo de cero emisiones netas.
Este beneficio también se extiende al transporte de mercancías por ferrocarril eléctrico, que ofrece una de las únicas soluciones sostenibles viables para satisfacer las necesidades económicas mundiales.
Otra gran ventaja es que los trenes eléctricos también tienen cero emisiones en el punto de uso, lo que elimina las emisiones nocivas de los motores diésel y las partículas.
Este es un factor importante para la calidad del aire en puntos críticos de contaminación, como los centros urbanos y las estaciones de las líneas principales.
También reducen la contaminación acústica y por vibraciones, lo que resulta especialmente beneficioso para los residentes locales y la biodiversidad.
Además, los trenes eléctricos pueden funcionar con cualquier fuente de energía, incluidas las renovables y las de bajo consumo de carbono.
Esto significa que no son susceptibles a las subidas de precios y la escasez de petróleo y gas, una consideración muy importante en vista de la volatilidad actual del mercado energético.